Un día, una niña llamada Cecilia, decidió hacer una casa de Lego que le trajeron los Reyes. La tenía un poco montada de antes.
Cuando la iba a coger, de repente plof. Cuando Cecilia miró al suelo estaba todo destrozado.
Al escuchar el ruido vinieron todos a ver lo que había pasado, vieron que el Lego estaba en el suelo.
Mi hermano y mi madre me ayudaron a recoger las piezas, nos fuimos a la mesa para montarlo. Florián me iba dando las piezas y yo las ponía. Ya estaba medio montado, íbamos a cenar, mi madre lo cogió y otra vez plof roto.
Yo dije:
-¡¡¡Esto no va a terminar!!!
Al día siguiente volví a hacerlo, avancé yo sola hasta la bolsa cinco de ahí a la bolsa seis, terminé de hacer el rocódromo y ¡¡¡¡ BIEN !!!! Por fin lo terminé.
Fin