Pero la tiza había perseguido a todos los niños.
La tiza quería mandarles otra vez muchísimos deberes.
- ¡Noooo, por favor! - gritaron todos los niños a la vez.
- La próxima vez que mandes deberes no lo pienso ni hacer- gritó Cecilia
- ¿Qué te ha pasado, si antes eras una tiza buena?- preguntó Ángela.
- ¡Os voy a comer con patatas fritas a todos!
De repente Ángela se despertó, Cecilia se despertó, Marta también se despertó...¡Toda la clase se despertó! ¡Qué casualidad, todos habían soñado lo mismo!
Cuando llegaron a clase se lo contaron al profe.
El profe le dio a cada niño un codo beso.
FIN