Una tarde de otoño fuimos a un teatro de títeres. Había un hombre que dijo que necesitaba a alguien porque no había venido una chica que tocaba muy bien el acordeón.
Salió un niño para ayudar. Como al niño no se le daba bien empezó a tocar el bombo. Pero el bombo se rompió y ...¡¡¡ahí estaba Totolín!!!
El hombre le puso cuerdas a Totolín e hizo que se quedara de pie. Después tocó el piano y Totolín empezó a bailar.
Se tocaron las manos temblando porque estaban un poco asustados. Luego el hombre sacó muchos pañuelos del bolsillo a Totolín. Se hicieron un selfi con una nariz de payaso. Al final llegó la mujer del acordeón y tocaron todos juntos.
FIN