Érase una vez un pez que no tenía amigos.
Por las tardes se aburría un montón y en el colegio se aburría aún más, intentaba jugar, pero no le dejaban jugar.
Cuando llegaba a cenar los fines de semana, cenaba sin ningún amigo.
Un día sin ni siquiera darse cuenta otro pez le dijo si quería ser su amigo, pero el otro pez que se llamaba Rok. No se lo creía ni él, pero era verdad, él quería ser su amigo, dijo que su nombre era Rayo, le contó a Rok que había hecho pizza, que si quería venir a cenar, pero también se quedó a dormir.
Ya pasó la noche y era por la mañana y comieron churros y cola caoba, después se fueron a comer a la casa de Rok, comieron espaguetis, después se echaron una siesta y fueron a las colchonetas y se lo pasaron muy bien.
FIN