Julián era un niño que tenía 12 años, tenía dos hermanos mayores que no paraban de molestarlo. Se reían de él por su estatura.
A Julián le encantaba el baloncesto, pero ninguno de sus amigos lo elegían para jugar, por ser tan bajito.
Julián siempre llegaba a casa triste, y sus padres lo consolaban y
le decían:
-Si entrenas mucho serás uno de los mejores jugadores de la ciudad.
Su abuelo compró ese mismo día una pelota nueva, y se puso a jugar con él. Julián se pasaba todo el día botando su pelota en su casa, y en la calle, incluso en la escuela, y se apuntó al equipo de su ciudad.
Cuando el entrenador lo vio jugar, se quedó fascinado, no se lo podía creer, como un niño tan pequeño de estatura podía ser tan bueno.
En la ciudad se corrió la voz de que un pequeño de doce años, era una estrella del baloncesto, todos los equipos de la ciudad lo querían, incluso equipos mucho más grandes para su edad.
Una mañana tocaron a la puerta de Julián, era un manager de un equipo famoso, que quería que Julián formará parte de su equipo.
No se lo podía creer, después de tanto esfuerzo y entrenamiento día y noche, por fin cumplió su sueño, el sueño de jugar en su equipo favorito.
FIN
