Roar le estaba diciendo a Ana...
-«me has miau despertado de mi miau lámpara».
Ana se quedó sorprendida porque ya entendía lo que decía Roar.
Entonces Roar fue a despertar a Rory para dar un paseo por la calle. Primero desayunaron. Roar desayunó sardinas, Rory leche y Ana un café con una tostada.
Antes de salir recogieron la mesa y después se vistieron. Ana se puso un vestido y le puso a Rory un lacito de color azul y amarillo. Pero a Roar, que era muy despelucado, no le gustaba vestirse ni peinarse. Sólo le gustaba lavarse con su lengua. Primero se lavó por las orejas, después por las patas y por último la colita.
Cuando estaba preparados salieron a la calle a pasear.
CONTINUARÁ...