Érase una vez una cebra que andaba por el parque. Se encontró en el camino a una serpiente. La cebra le dijo:
- Hola, me llamo Azulina, y tú?
- Me llamo Serpentina.
Las dos se fueron juntas a los columpios. Se tiraron por el tobogán, se montaron en el balancín y jugaron a la rayuela. Después se fueron a cenar pizza. Luego se despidieron y se fueron cada una a su casa a dormir.
Fin