En la casa de Estrella había un ajedrez mediano. Se pusieron a jugar, Luna tenía las blancas y Estrella las negras. Cuando terminaron de jugar la partida de ajedrez se pusieron a merendar. Tomaron las dos unos helados, Luna de chocolate con lacasitos y Estrella de vainilla con una fresa grande. Se lo pasaron muy muy bien.
Luna le preguntó:
- ¿Quieres venir a mi casa mañana?
- Sí, contestó Estrella.
Se despidieron y Luna se fue a su casa a dormir.
Continuará...