Érase una vez un castillo encantado al que todos le daban miedo entrar.
Un día dos niñas se atrevieron a entrar al castillo encantado.
Al principio no se atrevían, pero al final dijeron que si, abrieron la puerta y sonó un ruido que era así:
-¡¡¡¡¡criiiiiist!!!!, entonces se asustaron mucho, dieron unos pasos adelante y un montón de aire se les vino a la cara.
Subieron las escaleras y todo estaba oscuro, solo había una vela encima de una mesa y de repente vieron una sombra que se movía muy rápido.
La siguieron y vieron una puerta, la abrieron... y que sorpresa.... había un fantasma muy dulce, le dijeron:
-¡hola! ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Pupi- dijo el fantasma. Entonces salieron y se tomaron refrescos, y tapillas y jugaron al pilla pilla.
Después llevaron al fantasma al castillo y jugaron a las cartas y después cada uno se fue a su casa.
FIN